Los versos de Miguel Hernández inundan la red

30 10 2010

“Hoy se cumplen 100 años del nacimiento de Miguel Hernández. Hagamos que la Red se inunde con sus versos.”

Con esta entrada en mi blog me sumo a la campaña que con motivo del centenario hernandiano están fomentando varios portales sobre educación y cultura en la red. A quienes escribáis en un blog o tengáis una cuenta en Twitter os animo a hacer lo mismo el día 30 sumándoos a la campaña en este año tan importante. Yo por mi parte elijo el poema «Vientos del Pueblo», seguramente uno de los más conocidos del autor.

Vientos del pueblo me llevan,
vientos del pueblo me arrastran,
me esparcen el corazón
y me aventan la garganta.

Los bueyes doblan la frente,
impotentemente mansa,
delante de los castigos:
los leones la levantan
y al mismo tiempo castigan
con su clamorosa zarpa.

No soy un de pueblo de bueyes,
que soy de un pueblo que embargan
yacimientos de leones,
desfiladeros de águilas
y cordilleras de toros
con el orgullo en el asta.
Nunca medraron los bueyes
en los páramos de España.

¿Quién habló de echar un yugo
sobre el cuello de esta raza?
¿Quién ha puesto al huracán
jamás ni yugos ni trabas,
ni quién al rayo detuvo
prisionero en una jaula?

Asturianos de braveza,
vascos de piedra blindada,
valencianos de alegría
y castellanos de alma,
labrados como la tierra
y airosos como las alas;
andaluces de relámpagos,
nacidos entre guitarras
y forjados en los yunques
torrenciales de las lágrimas;
extremeños de centeno,
gallegos de lluvia y calma,
catalanes de firmeza,
aragoneses de casta,
murcianos de dinamita
frutalmente propagada,
leoneses, navarros, dueños
del hambre, el sudor y el hacha,
reyes de la minería,
señores de la labranza,
hombres que entre las raíces,
como raíces gallardas,
vais de la vida a la muerte,
vais de la nada a la nada:
yugos os quieren poner
gentes de la hierba mala,
yugos que habéis de dejar
rotos sobre sus espaldas.

Crepúsculo de los bueyes
está despuntando el alba.

Los bueyes mueren vestidos
de humildad y olor de cuadra;
las águilas, los leones
y los toros de arrogancia,
y detrás de ellos, el cielo
ni se enturbia ni se acaba.
La agonía de los bueyes
tiene pequeña la cara,
la del animal varón
toda la creación agranda.

Si me muero, que me muera
con la cabeza muy alta.
Muerto y veinte veces muerto,
la boca contra la grama,
tendré apretados los dientes
y decidida la barba.

Cantando espero a la muerte,
que hay ruiseñores que cantan
encima de los fusiles
y en medio de las batallas.

 





Cien años de Miguel Hernández

15 10 2010

El próximo 30 de octubre se cumple el centenario del nacimiento de Miguel Hernández, poeta al que admiro y en el que siempre encuentro una especial hondura de sentimientos y un sentido de la justicia que me contagia y me conmueve. Mi primer acercamiento a él fue el que seguramente han tenido muchas personas: el poema «El Herido» cantado por Serrat. Después de ese poema he recurrido y disfrutado innumerables veces del conjunto de su obra en todo tipo de momentos: de alegría, de dolor, de compromiso político. Para conmemorar su centenario dejo aquí el vídeo de ese «Para la libertad»,  que también os sirva para acercaros al genial pastor, poeta del pueblo.





Homenaje a Labordeta

20 09 2010

Tuve el honor de haberle conocido, de haberle escuchado desde la tribuna del Congreso de los Diputados, de haberle admirado por su entrega, y también de haber discutido agriamente sobre la política navarra en el movido verano de 2007. Hoy me siento triste por su pérdida porque, aún desde distintas opciones políticas, no puedo sino mostrar mi profundo respeto y admiración hacia un hombre del pueblo, sencillo, directo, culto, luchador por las libertades y combativo por su tierra. Como cientos de miles de ciudadanos, ayer algunas compañeras de legislatura te recordamos, y evocamos imágenes tuyas en el pasillo del orden del día, en la plural bancada del grupo mixto, y también de algunas sobremesas en el «Manolo». Pero rememoramos sobre todo tu presencia y tus intervenciones en el hemiciclo, que fueron mucho más que un «a la mierda»: fueron ejemplos de honestidad, de trabajo intenso, de llaneza y de pasión por unos ideales. Hoy millones de personas sentimos la pérdida de uno de los grandes. Hasta siempre beduino.

Habrá un día en que todos
Al levantar la vista
Veremos una tierra
Que ponga libertad

Hermano aquí mi mano
Será tuya mi frente
Y tu gesto de siempre
Caerá sin levantar
Huracanes de miedo
Ante la libertad

Haremos el camino
En un mismo trazado
Uniendo nuestros hombros
Para así levantar
A aquellos que cayeron
Gritando libertad

Sonarán las campanas
Desde los campanarios
Y los campos desiertos
Volverán a granar
Unas espigas altas
Dispuestas para el pan

Para un pan que en los siglos
Nunca fue repartido
Entre todos aquellos
Que hicieron lo posible
Para empujar la historia
Hacia la libertad

También será posible
Que esa hermosa mañana
Ni tú, ni yo, ni el otro
La lleguemos a ver
Pero habrá que empujarla
Para que pueda ser

Que sea como un viento
Que arranque los matojos
Surgiendo la verdad
Y limpie los caminos
De siglos de destrozos
Contra la libertad